MI MALDICIÓN

Es mi escasez de celo,
Que renueva mi tiraje
Demora mi senectud lograda.

Me pone doble paso ante el sonar
De tu rabia diferente
A mi.

Pobre de la vid perdida
Que rompe su pisada,
Andando.

Óyeme tu, ¿hay suficiente tiempo para el hombre?
¿O suficiente estima para el mar?
Si este es finanza
Si este es rodar.

Ayúdame señor al día de caer
Sobre las hojas escritas al reverso
Y sobre las puñaladas de la sal
De tu camisa.

Y que se ponen en adiós constante
Cuando mi horizonte llega
Lejos y cerca
Del ocaso azul.

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